martes, 26 de enero de 2010

Relatos de India: Varanasi







Esta ciudad resultó ser un destino de imágenes intensas, plagadas de rituales de vida y de muerte.
Varanasi es el destino por excelencia para las almas hindúes. Bañada por el río Ganges, la ciudad recibe miles de peregrinos que recorren el país para llegar a las orillas de este río sagrado y bañarse en sus aguas. Es un mundo casi ultra terreno, ya que la muerte tiene un rol protagónico. Miles de cuerpos esperan ser quemados a orillas del río (con excepción de niños, embarazadas, leprosos, la casta de los intocables y personas muertas por mordidas de serpientes, cuyos cuerpos son arrojados al río sin cremación previa). Ver aquellas llamas es estremecedor. Me cuesta encontrar las palabras justas para describir lo que se siente ante dicho paisaje.
Sin embargo, no todo es muerte. El río también es un lugar de purificación y adoración. Los peregrinos rezan frente al río y se sumergen en esas aguas contaminadas buscando la purificación divina de la diosa Ganga (la deidad que representa al río en la religión hindú). Ante mis ojos occidentales, resultaba un tanto irónico pensar en purificación viendo la contaminación del agua.
La muerte aquí no es oscura. Desde el río el paisaje es colorido. Los cuerpos son adornados con flores y telas doradas, y los templos de colores hacen que la escena del fin de la vida sea vívida y energética. Como si la muerte fuera el fin de una vida y el comienzo de otra.
Y más allá de las imágenes y olores de muerte, es una sensación de paz lo que trasiende y se instala en uno.

De vuelta en Bangladesh

Tras unas increíbles vacaciones en India y Nepal y con la mejor compañía, he vuelto a los pagos de Bangladesh. Debo admitir que me está costando un poco encarar de nuevo mi vida diaria en Dhaka. Asia es muy excitante e interesante pero extremadamente estresante a la vez. Y uno acumula cansancio tras cada bocina o grito que se escucha en la calle. Estar en un ambiente tan distinto y, a veces tan brusco y violento, es todo un desafío.
EL desafío se potencia cuando se está lejos de los seres queridos, de esas personas que te conocen tan bien y cuyo abrazo es más reconfortante que cualquier palabra. A veces me pregunto cuanto tiempo sin esas personas estoy dispuesta a sacrificar por mi trabajo o mi vocación. Creo que todos elegimos cada día en donde ponemos nuestra energía y nuestro ser. Pero a veces resulta muy difícil el sacrificio que se hace...
Mi desafío ahora es encontrar el equilibrio y hacer que esos dos mundos que tanto amo se entrecrucen y sean parte de mi vida. Es solo cuestión de búsqueda y esperanza.