Tras unas increíbles vacaciones en India y Nepal y con la mejor compañía, he vuelto a los pagos de Bangladesh. Debo admitir que me está costando un poco encarar de nuevo mi vida diaria en Dhaka. Asia es muy excitante e interesante pero extremadamente estresante a la vez. Y uno acumula cansancio tras cada bocina o grito que se escucha en la calle. Estar en un ambiente tan distinto y, a veces tan brusco y violento, es todo un desafío.
EL desafío se potencia cuando se está lejos de los seres queridos, de esas personas que te conocen tan bien y cuyo abrazo es más reconfortante que cualquier palabra. A veces me pregunto cuanto tiempo sin esas personas estoy dispuesta a sacrificar por mi trabajo o mi vocación. Creo que todos elegimos cada día en donde ponemos nuestra energía y nuestro ser. Pero a veces resulta muy difícil el sacrificio que se hace...
Mi desafío ahora es encontrar el equilibrio y hacer que esos dos mundos que tanto amo se entrecrucen y sean parte de mi vida. Es solo cuestión de búsqueda y esperanza.
martes, 26 de enero de 2010
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