viernes, 30 de enero de 2009

Más fotos de Solonga






Les dejo más fotos de este increible lugar. El paisaje de Solonga es hermoso, lleno de verde (por los cultivos de arroz) y aire puro. Por las noches el silencio y la quietud me permitieron disfrutar de las estrellas...imposible de hacer en Dhaka.
La nena de los lindos ojos es Nurjahan que en bengalí quiere decir "luz del mundo". Su madre estaba cerrando su cuenta en el banco porque su marido viajará al Líbano a trabajar y le enviará dinero mensualmente, y no tendrá el dinero para hacer los repagos semana a semana al Banco.

Conociendo a las prestatarias






En mi viaje a Solonga presencié varias reuniones de prestatarias, 5 de mujeres y 1 de hombres (el 97% de los prestatarios del Grameen son mujeres). En estas reuniones el Center Mgr recolecta los pagos de los préstamos semanales y discute con las prestatarias cualquier problema que hayan tenido durante la semana. La reunión se realiza una vez por semana en la Center house (una pequeña casita hecha de chapa con una mesa y varios bancos). El Mgr ocupa el lugar tras el escritorio y las prestatarias se sientan por grupos en los bancos frente al Mgr. Siempre el primer banco es el de honor. Normalmente la Center Leader se sienta ahí y es la responsable de iniciar y finalizar la reunión en la forma estipulada por el Grameen. Es una formalidad que cuenta con 3 pasos: se paran, alzan la mano derecha (en Bangladesh siempre se usa la mano derecha para todo: comer, saludar, agradecer, etc.) y se vuelven a sentar. Una vez finalizado el saludo, nosotros nos presentábamos en Bengalí...si si...muy divertido porque las mujeres quedaban sorprendidas al escucharnos hablar en su lengua. Debo decir que aprendí bastante estos 4 días. Luego comenzaban nuestras preguntas hacia ellas: sobre su vida, los préstamos, su historia, sus deseos y planes a futuro. Y al finalizar eran ellas quienes nos interrogaban, casi siempre sobre nuestros países de origen.
En las reuniones algunas mujeres se muestran muy seguras al hablar mientras otras más tímidas esconden su boca tras el velo. La mayoría son viejas prestatarias con una larga historia en el Grameen. Su vida cambió mucho en los últimos 20 años desde su primer préstamo a hoy. Al inicio, nos contaba una de las primeras prestatarias de la zona, estaban muy asustadas con la idea de tomar un crédito, aprender reglas, memorizarlas siendo todas ellas analfabetas. Pero tras algunos días de training superaron la prueba y se convirtieron en prestatarias del Grameen Bank. En aquel entonces vivían en una choza y la mayoría ni siquiera era dueña de ese pedazo de tierra en el que vivían. Sus maridos eran todos trabajadores del campo y su ingreso era ínfimo. Con los años y créditos montaron su propio negocio, construyeron su casa (ahora de chapa) y hoy hacen el máximo esfuerzo por educar a sus hijos y seguir los requisitos que el banco pide. Su vida dió un vuelco increíble. Aún viven en condiciones que a nuestros ojos son muy modestas pero un gran avance al fin.
Algunas mujeres tuvieron más suerte que otras. Algunas siguieron creciendo mientras que otras tuvieron que recurrir a préstamos más flexibles para poder seguir pagándole al banco.
La zona que visité es una de las que más sufre de inundaciones en Bangladesh. El río en verano crece muchísimo y el agua sobrepasa los techos de las casas. Cada año estas personas tienen que reconstruir sus viviendas y todo lo que perdieron (ganado, cosecha, etc.). El gobierno participa en la reconstrucción de la zona gastando millones de USD por año. Sin embargo, siguen trabajando cada día, tomando nuevos créditos para acrecentar su negocio y apostar a un futuro mejor. Saben que la inundación vendrá y tratan cada año de prepararse de la mejor manera.
Todos los hijos de las prestatarias (de más de 6 años) deben ir a la escuela, es un requisito del Grameen. La mayoría de las madres son analfabetas pero la siguiente generación está estudiando. Solo en algunos centros, en los que la situación es más difícil porque las familias son más numerosas y menos educadas, algunos chicos no van a la escuela para ayudar en el negocio familiar o trabajar en el campo.
Hay varios tipos de préstamos que el Grameen brinda: préstamo básico, microenterprise (para negocios un poco más avanzados que requieren una cifra más alta), préstamos para la educación superior de los hijos (estudio en la secundaria y en la universidad), préstamos para la construcción de la casa, becas de estudio para los mejores estudiantes de la zona, entre otros.
Las mujeres son el nexo entre la familia y el banco. Son ellas las responsables de hacer los repagos semanales y de presenciar la reunión semanal (otro requisito del Banco). Grameen cree que la mujer hace un mejor uso del dinero que el hombre, ellas lo gastarán en el desarrollo y bienestar de la familia, es a eso a lo que apunta la filosofía del Banco.
En la atmósfera de la reunión se sienta un gran sentimiento de unión y comunidad. Todos cuidan de todos. Las prestatarias se ayudan entre sí cuando un miembro del grupo o del centro no puede pagar su cuota. El banco trabaja a través de la presión social. Todas las miembros del grupo deben estar al día con sus pagos para que todas las integrantes del mismo puedan seguir tomando préstamos. Sus compañeras son las más interesadas en la sustentabilidad de los repagos.
Fue un verdadero placer conocer a estas prestatarias, sus historias y sus planes a futuro. Algunas nos invitaron a pasar a su casa y muy orgullosas nos mostraron su hogar. Les dejo algunas fotos para que ustedes también las conozcan.
Debo decir que algunas despedidas no fueron fáciles. Algunas mujeres se emocionaron mucho al contarnos sus vivencias, se sentían agradecidas porque personas de otros países visitaran su hogar y conocieran su historia. Y nosotros también nos emocionamos con cada historia y con cada dulce mirada de estas mujeres. Las más viejitas, al despedirse, nos deseaban una larga vida y nos acariciaban la cabeza, como bendiciéndonos. Me siento muy agradecida con todas ellas, por haberme recibido en su casa y haber compartido sus vidas conmigo.
El mundo esconde historias maravillosas en aldeas remotas...yo pude ser testigo de algunas...y me siento muy afortunada por ello.

jueves, 29 de enero de 2009

El verdadero Grameen Bank






Tengo tantos pensamientos en mi mente y tantas emociones que me cuesta volcar en este espacio lo que estoy sintiendo. Estoy impresionada por la realidad de este país y por el trabajo que el Grameen Bank está realizando. La primer idea que me viene a la cabeza es el gran esfuerzo y trabajo que el pueblo bengalí realiza cada día. Esta gente trabaja desde muy temprano y el tipo de trabajo que realiza es muy rudimentario y pesado. Las actividades principales que se realizan en estas aldeas son: la agricultura; cría de vacas, gallinas, patos, etc.; Rickshaw (taxi), carpintería y venta de productos varios en el mercado. En invierno oscurece temprano, a las 18 hs ya es de noche y siguen trabajando con la luz de una vela (la mayoría no tiene electricidad).
Tras conocer las empresas sociales que les comenté, nos quedamos 3 días en una Branch (es una unidad del GB que tiene a su cargo varios centros de prestatarias). La familia del Manager de la branch nos trató muy bien. Eramos 3 pasantes (una japonesa, Mai, un Australiano, Andrew, y yo) y un intérprete (Bangla-English), Shaman. Comimos muy rico, comida casera típica bengalí...muy picante!!! Nos adaptamos 100% a su cultura...hasta comimos con nuestras manos los 3 días (es una experiencia increíble, la comida parece más sabrosa!). El menú era: arroz (siempre) más vegetales y carne o pescado. De vez en cuando, un Shokti Doi de postre.
Todas las mañanas visitábamos 2 Center Meetings. Estas reuniones se realizan una vez por semana en una casita construida con chapa. El Center Mgr se reune con las prestatarias de esa zona y hacen todas las transacciones del banco. El GB tiene una ingeniería administrativa increíble. El staff del Grameen trabaja desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche. Durante el día asisten a estas reuniones, visitan a las prestatarias, revisan que estén cumpliendo con las actividades para las que tomaron el préstamos y, por la noche, vuelven a la Branch a continuar con toda la documentación que el Banco requiere. Estuve ahí con ellos y tienen la misma sonrisa cuando empieza su día de trabajo y cuando termina. Es admirable la energía y la pasión que le dedican al trabajo.
La relación que se establece entre la prestataria y el empleado del Grameen es muy especial: por un lado las prestatarias se dirigen a su Center Mgr con respeto, como a un padre o maestro, y por el otro, el empleado del banco se dirige hacia las mujeres con mucho respeto y educación porque son ellas sus clientes, son ellas para quienes trabajan (el banco pertenece en un 95% a sus prestatarias, el 5% restante al gobierno de Bangladesh). Hay cordialidad en todo momento y una gran vocación de servicio.
El negocio del Grameen se basa en la motivación. Deben convencer a miles de mujeres (la mayoría analfabeta) que son merecedoras de un préstamo y que son capaces de manejar dinero y realizar actividades productivas que les generará un mayor ingreso para la familia (esa es una de las condiciones del Grameen para tomar un préstamo). Es un trato muy personalizado.
Las mujeres deben unirse a un grupo (mín 5 personas) para poder tomar los préstamos. Deben realizar un training de 7 días con el staff del Banco para aprender las reglas y requisitos del mismo. Para convertirse en prestatarias, el Mgr de la Branch, les tomará una prueba oral sobre estas reglas y luego las aceptará en el banco. Hay muchas regulaciones, es mucho el trabajo que hay detrás de cada prestataria, creo que los aburriría si entrara en detalle. Pero fui testigo de ese trabajo: de cada planilla, cada cálculo, cada revisión y realmente los admiro.
Estos empleados que todos los días salen con sus bicis o motos a las aldeas son un gran ejemplo para mi, es un placer presentárselos.

Social business






De vuelta en Dhaka llena de orgullo por las increíbles mujeres que conocí. Estoy tan feliz que no me alcanzan las palabras para describirlo.
Estuve 4 días en el norte del país. Visité Bogora y Solonga. El itinerario comenzó en Bogora, allí es donde Grameen tiene 2 de sus empresas sociales. Dejenme explicarles un poco más sobre este nuevo concepto del Profesor Yunus. Según Yunus, es posible crear empresas que tengan como fin la erradicación de la pobreza o aliviar en parte la situación de millones de pobres. Estas empresas funcionan como cualquier otra empresa con las siguientes diferencias: no reparten dividendos y toda la ganancia la reinvierten en la empresa. También cuenta como empresa social aquella que dedique al menos el 51% de su ganancia en actividades de desarrollo social para los más pobres. Les prometo contarles más sobre esta idea, seguro tendrán varias preguntas, pero ahora quisiera concentrarme en los maravillosos días que tuve.
El domingo visité la fábrica de Grameen Danone, una joint venture que pertenece a Grameen y a Danone (50-50). Esta empresa se creó en el 2006, la fábrica costó 1 millón de dólares y fabrica 8.000 potes de yogurt por día. Los consumidores de este yogurt son los niños de Bogora. La idea es que puedan tener todas las vitaminas necesarias durante su crecimiento por 5 takas (0,07 USD) el pote (en la capital se vende a 10 takas porque la gente tiene más poder adquisitivo). El yogurt es increible, muy dulce y rico. Tiene bastante éxito pero desafortunadamente hoy en día no están generando profit porque la población cree que en invierno no es bueno comer algo frío (me dijeron que el año que viene van a trabajar en una campaña de marketing para erradicar esta creencia). Los Shokti Doi (así se llama el yogurt) se venden en los locales de las aldeas y también a través de las "Señoras del Yogurt" que van a cada aldea con una heladerita vendiendo el producto. Todas las prestatarias del Grameen conocen el producto y cada vez que pueden lo compran para sus hijos. La fábrica es pequeña, muy limpia y tiene una máquina purificadora de agua. Creo que es un proyecto increible, que crecerá mucho en el futuro. Apuesto por ello. Ojalá pudiera llevar un poco de Shokti Doi a Argentina.
La otra empresa social que visité es el "Eye Hospital Center". Aquí atienden 150 pacientes por día. La población de Bangladesh suele tener muchos problemas en los ojos, los más viejos sufren de cataratas y aquí reciben tratamiento y también se operan. El hospital está muy bien organizado, tiene 3 médicos, varias enfermeras y toda la estructura es muy limpia. Los pacientes más pobres no pagan o pagan un mínimo. Mientras que las personas con más ingresos pagan más por el servicio. Este hospital tiene ganancias y todas son reivertidas. En estos momentos se está construyendo el segundo hospital y el proyecto a futuro es tener unos 50 hospitales repartidos por el país. El sistema de salud en Bangladesh es muy malo y los pobres tienen un acceso muy limitado. Las personas más ricas viajan a India o Tailandia para sus tratamientos. Grameen está haciendo un gran esfuerzo por mejorar la situación de los más necesitados.
Personalmente creo fervientemente es estos proyectos y en la idea del Social Business. No se trata de caridad, sino de empresas con fines lucrativos y fines sociales a la vez. Espero que Yunus y el Grameen Bank sigan desarrollando este concepto. Es hora de que las cosas se repartan de un modo más equitativo para todos.

sábado, 24 de enero de 2009

Más fotos de Old Dhaka







Les dejo algunas fotos de Old Dhaka para que disfruten. Hasta el miércoles no voy a poder escribir porque voy a estar en las aldeas conociendo a las prestatarias, las verdaderas protagonistas de los microcréditos.
Al fin!!! Dicen que es allí donde está el verdadero Grameen Bank.

Shuvó Ratri! (Buenas noches! Aquí son las 12 am)

Ser mujer en Bangladesh

Ya les mencioné que mucha gente aquí al verme piensa que soy bengalí. Esto me permite creo, entender un poco más el lugar que ocupa la mujer en la cultura de este país. Muchas veces al entrar en un negocio o en la calle, los hombres me ignoran totalmente. Si estoy con un amigo, le hablan a él. Los más conservadores ni siquiera me miran, es como si no estuviera frente a ellos.
Y con los que hablé, su primera pregunta fue sobre mi país de origen y la segunda si estoy casada. Ya aprendí que siempre tengo que decir que estoy casada, no sirve decir que tenés novio. Les digo: "Aami biba hito", quiere decir que estoy casada. Y después me preguntan si tengo hijos y a que se dedica mi marido. Les contesto que no tengo hijos y que mi marido es un hombre de negocios.
El otro día fui a comprar una tarjeta para habilitar el celular, y para comprarla tuve que dejarles por escrito: mi nombre, el nombre de mi marido, el de mi padre y mi domicilio en Dhaka. Realmente estaba indignada. En un principio cuando leí sobre el islam, tomé una mirada de relatismo cultural, tratando de entender y respetar su cultura. Pero ahora que lo vivo en carne propia, no lo soporto, siento una terrible indignación. Ser mujer aquí es terrible, es perder tu individualidad, es sentirte un objeto propiedad de otro. Un otro que se vuelve dueño de tu destino, de tus deseos y planes.
En este mismo negocio de celulares, el señor que nos atendió le ofreció a mi amigo su hija de 10 años!!! Le mostró su foto en el celular y le dijo que le quedaría muy bien. Mi amigo tiene unos 35 años y no los disimula. Estaba más que indignada.
Ese mismo día cambié plata y el señor que nos atendió, no me miró en ningún momento. Me sentí un fantasma, un ente, un NN.
Y si llegás a decir que no estás casada...pueden llegar a preguntarte si querés casarte con ellos. Y les aseguro que es un momento bastante incómodo.
Vamos a ver como se siente en las aldeas...el miércoles les cuento.

Shuvó shap tajo! (buen fin de semana)

Old Dhaka







Hoy estuve paseando por Old Dhaka con 2 amigas: Daniela de Alemania y Claire de Suiza. Es la parte más antigua de la ciudad. Creo que fue una de las experiencias más intensas e interesantes que viví hasta ahora.
La calles son angostas, llenas de locales a la calle y gente transitando sin parar. Los Rickshaws dominan la escena así que tuvimos que caminar con mucho cuidado.
Eramos el centro de atracción en cada esquina o pasaje, la gente nos miraba, los chicos nos seguían, algunos hasta nos sacaban fotos con su celular. Había otros que se acercaban y nos preguntaban de que país veníamos. La mayoría se alegraba al escuchar Argentina, y nombraban a Maradona y a Messi. Era muy extraño y divertido a la vez: nosotras con nuestras cámaras de fotos fascinadas por el paisaje tan exótico desde nuestra mentalidad occidental y los bengalíes sacándonos fotos porque a sus ojos, nosotras eramos exóticas. Al ser un país tan pobre, Bangladesh no recibe mucho turismo. La mayor parte de los extranjeros, son personas que vienen a hacer algún tipo de estudio o voluntariado.
Conocí una mezquita muy bonita. Es raro que las mujeres puedan entrar a una mezquita, a veces tienen un sector separado para ellas. Este no era el caso. No tuvimos problema al entrar, aún siendo la hora del rezo, solo tuvimos que quitarnos los zapatos. Tuvimos mucha suerte! Pude ver como algunos hombres rezaban y como un grupo de chicos estudiaba el Corán con su maestro (la barba roja que ven en la foto es un signo de estatus).
Seguimos nuestro camino, sin un rumbo específico. Las calles se entrecruzan y no tienen carteles que indiquen el nombre o la numeración. Estábamos buscando el camino hacia el río cuando conocimos a una mujer que nos ofreció acompañarnos. Nos hablaba en bengalí y nosotras hacíamos un esfuerzo con nuestro poco conocimiento del idioma.
La seguimos junto a otro grupo de mujeres que nos acompañaba. Pronto entendimos que no íbamos hacia el río sino para su casa. Nos adentramos en las angostas calles del barrio hasta llegar a una pequeña puerta. Nos hicieron pasar a su humilde hogar. Estábamos muy felices, ellas y nosotras, por esta invitación.
El local al que entramos tenía varias habitaciones, un patio compartido y una especie de cocina afuera. La chica que nos invitó tiene 22 años y 2 hijos pequeños. También estaba su hermana, su tía y su madre. Nos quitamos los zapatos antes de entrar. Cada familia tiene un cuarto dentro de este local, a veces dos, y esa es su casa. Tienen una gran cama o dos, en donde duerme toda la familia.
Al entrar en la primera casa, vimos al padre de nuestra anfitriona en la cama dormitando. Igualmente nos pidieron que nos sentaramos en la cama. Había mucha gente en la puerta, todos nos miraban y se reían. Nos ofrecieron Coca, de hecho, la fueron a comprar para darnos algo de beber. Nos hablaban en todo momento, y hacían su mejor esfurzo para hacerse entender. Aprendimos un poco más de Bangla hoy, ellas fueron nuestras maestras.
Después nos invitaron a pasar a otra casa. Esta tenía un cuartito al fondo con una cama. Allí nos sentamos y nos dieron galletitas. Seguimos charlando un poco más, conocimos a sus hijos y algunos vecinos que se acercaron a charlar. La gente fue tan amable con nosotras...nos sentimos muy agradecidas por esta experiencia.
Todo sucedió sin planearlo y fue increible. Nos dejamos llevar por estas mujeres sin preocuparnos por nuestro destino. Creo que el hecho de ser solo mujeres nos permitió vivir esta experiencia. De haber estado con un hombre, las mujeres no nos habrían invitado a sus casas porque no pueden recibir a un hombre sin que esté su marido presente. También quisieron invitarnos a almorzar pero decidimos seguir viaje, sentimos que ya habíamos incomodado bastante.
Se ofrecieron como guías y nos ofrecieron su compañía por un rato más. Tras un buen rato de caminata y de charla en bengalí (no podíamos entender mucho lo que nos querían decir) llegamos a una estación y allí nos despedimos. Tanto ellas como nosotras nos sentimos tristes por esta despedida, se podía ver en sus ojos un dejo de tristeza. También en los nuestros. Es increible lo cálidas y dulces que fueron estas mujeres, conocer su casa y su familia fue hermoso.
Nuestra última parada fue el río. Allí también conocimos a varios bengalíes que se acercaron a hablar. El paisaje era hermoso: un cielo gris (Dhaka es una de las ciudades más contaminadas del mundo), el sol de color rojo, un puente, pequeñas embarcaciones y hombres bañándose en el río o lavando su ropa. Un paisaje extraño y precioso.