Vivir en Bangladesh es una aventura diaria. Tras casi 4 meses de estadía, me sigo sorprendiendo con los paisajes exóticos, y muchas veces tristes, de esta ciudad. Convivir con tanta pobreza me resulta bastante difícil pero real. Y vivir rodeada de realidad me sienta mejor porque me permite ver todo lo que tenemos por hacer. Son muchas las escenas que me recuerdan las calles de Buenos Aires o los pueblitos perdidos y olvidados del interior de la Argentina. No hace falta volar hasta Bangladesh para ver pobreza, no viviendo en Sudamérica.
Pero ver el trabajo de las ONGs, el Grameen Bank y otras pequeñas instituciones es muy inspirador. Y este es un gran lugar para aprender que los grandes cambios se pueden lograr con una buena idea y mucha voluntad. Quizá el secreto es creer fervientemente en las propias ideas y, sobretodo, en uno mismo. Al final del día somos todos seres humanos, y esa misma naturaleza es lo que nos une a las otras personas. Yo quisiera vivir mi vida de la forma más humana posible, alejarme de todo aquello inútil y sin sentido que nos rodea y nos hace olvidar lo que en realidad somos y queremos ser. Bangladesh para mi significa humanidad y simpleza, quizá por eso me sienta tan atada a este lugar.
En fin, tan solo algunas reflexiones de fin de año…
Feliz año para todos!
jueves, 31 de diciembre de 2009
domingo, 27 de diciembre de 2009
Navidad en Bangladesh
Fue una Navidad distinta pero muy linda. Aun estando lejos de casa, me sentí muy acompañada. Nadina, una de mis amigas del trabajo, me invitó a cenar con su familia y a pasar el 25 a la tarde en su casa ya que hicieron una recepción en honor a su mama, quien hoy es la subsecretaria de las Naciones Unidas. Un orgullo para Bangladesh ya que es la primer mujer bengalí en alcanzar un puesto tan alto.
También tuvimos el casamiento de Mónica Yunus, la hija mayor del Dr. Yunus, por eso la foto con el sari.
Durante estos últimos días, me di cuenta lo lindo que es hacer nuevos vínculos, conocer nuevas personas y aprender a quererlas. Y me siento muy afortunada porque conocí a personas muy especiales en Bangladesh, que se han vuelto mis amigas y una parte muy importante de toda esta experiencia.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Trabajo infantil: condena o salvación
Quizá esta sea la nota más controvertida que jamás haya escrito, pero así es como siento mi cabeza durante estos último días. No puedo parar de pensar en una personita que me sonríe todos los días y me despierta una ternura y compasión, de esas que se sienten en el pecho muy en lo profundo. Pienso, razono y olvido, pero esa opresión en el pecho vuelve una y otra vez.
Shameen es un chico de 11 años que trabaja en la casa donde estoy viviendo. Vino de un aldea hace más de 3 años y trabajó desde entonces como…no sé como llamarlo … empleado de servicio, mucamo, sirviente…en una casa en Mirpur, el barrio en el que vivo. Hace un mes comenzó a trabajar en este hogar, porque la familia anterior ya no lo podía/quería tener. Por suerte, en esta casa, nunca fueron partidarios de emplear chicos (práctica muy común entre la clase media de Dhaka), y los trabajos que Shameen hace no son demasiado pesados: lava los platos, pone y levanta la mesa, ayuda en la cocina y hace algunos mandados. La dueña de casa se queja y dice que Shameen siempre quiere salir o ver la tele, pero no es eso normal en un chico de 11 años?
Quiero aclarar que los dueños de casa son excelentes personas y el haber tomado a Shameen da cuenta de ello. Shameen viene de una familia muy pobre, su mamá sufre de desequilibrio mental y no está en condiciones de criar chicos. Sin embargo, de vez en cuando se aparece reclamando a su hijo, pero Shameen prefiere quedarse en su nueva casa. Hace poco estuvo en su aldea y volvió cabizbajo y desmotivado.
Pero no todo es triste y desesperanzador, de hecho, los dueños de casa quieren inscribir a Shameen en la escuela a partir de enero. Durante estos meses lo obligan a estudiar y a prepararse para el inminente comienzo de clases. Por supuesto, Shameen tuvo voz y voto en esta decisión. Ellos le preguntaron qué quería hacer: quedarse, trabajar y estudiar o volver a su hogar. Quedarse fue su respuesta.
Y aquí es donde comienza mi controversia. El trabajo infantil va en contra de los derechos del niño. Todo chico debería tener el derecho de gozar de una infancia libre y feliz, llena de oportunidades y de juegos. Pero la realidad dista mucho de aquellos congresos internacionales y parlamentos donde se dictan las leyes que deberían regir a la humanidad. La realidad es otra, y está en cada rincón de esta ciudad, en cada cocina, oficina o fábrica. Y me angustia pensar en las miles de realidades que hay ahí afuera, yo solo soy testigo de unas pocas y mi espíritu apenas si puede con ellas.
Pero que prefiero? Ver a Shameen trabajando sabiendo que eso le significa una educación? O quiero verlo jugando en una aldea sin educación pero con una vida un poco más parecida a la de un niño (y ni siquiera estoy tan segura de eso)? Lo peor, es que no tengo el coraje de contestar. Porque entre las dos opciones, siempre me quedo del lado de la injusticia. Y sin embargo sigo mi vida, rodeada de injusticia. Y me siento una hipócrita.
El caso de Shameen es uno de las miles de historias de los chicos en Dhaka. Frente a la pobreza de las aldeas, muchas familias mandan a sus hijos a las ciudades para que trabajen por unos pocos miles (1 o 2 con suerte) de takas, eso significa una entrada de dinero para la familia y una boca menos que alimentar.
Y por más horroroso que suene, estoy contenta por Shameen, porque acá come mejor, porque va a ir a la escuela, porque va a aprender y quizá pueda aspirar a un futuro mejor que su aldea natal no le puede ofrecer. Contenta pero profundamente angustiada.
No tengo más nada para agregar, suficiente realidad por hoy.
Shameen es un chico de 11 años que trabaja en la casa donde estoy viviendo. Vino de un aldea hace más de 3 años y trabajó desde entonces como…no sé como llamarlo … empleado de servicio, mucamo, sirviente…en una casa en Mirpur, el barrio en el que vivo. Hace un mes comenzó a trabajar en este hogar, porque la familia anterior ya no lo podía/quería tener. Por suerte, en esta casa, nunca fueron partidarios de emplear chicos (práctica muy común entre la clase media de Dhaka), y los trabajos que Shameen hace no son demasiado pesados: lava los platos, pone y levanta la mesa, ayuda en la cocina y hace algunos mandados. La dueña de casa se queja y dice que Shameen siempre quiere salir o ver la tele, pero no es eso normal en un chico de 11 años?
Quiero aclarar que los dueños de casa son excelentes personas y el haber tomado a Shameen da cuenta de ello. Shameen viene de una familia muy pobre, su mamá sufre de desequilibrio mental y no está en condiciones de criar chicos. Sin embargo, de vez en cuando se aparece reclamando a su hijo, pero Shameen prefiere quedarse en su nueva casa. Hace poco estuvo en su aldea y volvió cabizbajo y desmotivado.
Pero no todo es triste y desesperanzador, de hecho, los dueños de casa quieren inscribir a Shameen en la escuela a partir de enero. Durante estos meses lo obligan a estudiar y a prepararse para el inminente comienzo de clases. Por supuesto, Shameen tuvo voz y voto en esta decisión. Ellos le preguntaron qué quería hacer: quedarse, trabajar y estudiar o volver a su hogar. Quedarse fue su respuesta.
Y aquí es donde comienza mi controversia. El trabajo infantil va en contra de los derechos del niño. Todo chico debería tener el derecho de gozar de una infancia libre y feliz, llena de oportunidades y de juegos. Pero la realidad dista mucho de aquellos congresos internacionales y parlamentos donde se dictan las leyes que deberían regir a la humanidad. La realidad es otra, y está en cada rincón de esta ciudad, en cada cocina, oficina o fábrica. Y me angustia pensar en las miles de realidades que hay ahí afuera, yo solo soy testigo de unas pocas y mi espíritu apenas si puede con ellas.
Pero que prefiero? Ver a Shameen trabajando sabiendo que eso le significa una educación? O quiero verlo jugando en una aldea sin educación pero con una vida un poco más parecida a la de un niño (y ni siquiera estoy tan segura de eso)? Lo peor, es que no tengo el coraje de contestar. Porque entre las dos opciones, siempre me quedo del lado de la injusticia. Y sin embargo sigo mi vida, rodeada de injusticia. Y me siento una hipócrita.
El caso de Shameen es uno de las miles de historias de los chicos en Dhaka. Frente a la pobreza de las aldeas, muchas familias mandan a sus hijos a las ciudades para que trabajen por unos pocos miles (1 o 2 con suerte) de takas, eso significa una entrada de dinero para la familia y una boca menos que alimentar.
Y por más horroroso que suene, estoy contenta por Shameen, porque acá come mejor, porque va a ir a la escuela, porque va a aprender y quizá pueda aspirar a un futuro mejor que su aldea natal no le puede ofrecer. Contenta pero profundamente angustiada.
No tengo más nada para agregar, suficiente realidad por hoy.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Invierno en Bangladesh
Nunca pensé que en Bangladesh sentiría frío, no al menos en Dhaka. Pero aquí estamos, Helen y yo, ambas resfriadas y con un poco de dolor de garganta. El “invierno” llegó a la capital bengalí y es gracioso ver como la gente se abriga con gorros de lana y pulovers. Para nuestro estándar de frío, el clima en estos momentos se podría comparar con el final del verano, inicio del otoño. Aunque debo admitir que las mañanas están resultando bastante frescas.
Llevar el shador (el shall que las mujeres usan para cubrirse el pecho) ahora cumple una doble función: no solo respetar la tradición sino también abrigar el cuello!
Y este resfrío también se ha vuelto una buena excusa para tomar más cha (te) que de costumbre. Últimamente, Nurjahan nos malcría por las mañanas con el rico cha que prepara.
Llevar el shador (el shall que las mujeres usan para cubrirse el pecho) ahora cumple una doble función: no solo respetar la tradición sino también abrigar el cuello!
Y este resfrío también se ha vuelto una buena excusa para tomar más cha (te) que de costumbre. Últimamente, Nurjahan nos malcría por las mañanas con el rico cha que prepara.
Dhamrai
Dhamrai es una localidad que se encuentra a las afueras de Dhaka. Este pequeño centro hindú es famoso por la fabricación de esculturas de los dioses hindúes en bronce. Visitamos la casa de una de las más tradicionales familias escultoras en donde nos mostraron el laborioso proceso que lleva el armado de cada estatua y adorno.
Esta vez Helen y yo no fuimos en calidad de extranjeras. Nurjahan Chaklader , nuestra guardiana en Bangladesh y dueña de la casa en donde estamos viviendo, nos acompañó. Nurjahan es jefa del departamento de fotografía del Grameen Bank, así que aprovechamos para visitar una de las oficinas del Banco en Dhamrai. Me encantó visitar de nuevo una Branch del Grameen Bank! Y esta no es cualquier oficina, sino, una de las más viejas y más exitosas. El cartel con las cinco estrellas de colores indica que ha ganado todos los premios otorgados por el Grameen Bank a las oficinas rurales. Tomamos te con el manager de la branch y escuchamos algunas de sus historias.
En el camino de vuelta compramos algunos vegetales y frutas en el mercado local.
Un paseo por el Buriganga River
Debo admitir que ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que visité Old Dhaka. Pero hay algo de esta parte de la ciudad que me atrae y me invita a visitarla una y otra vez. Quizás mi leve obsesión se deba a que en la antigua Dhaka, uno puede respirar y vivenciar la capital bengalí y sus costumbres en su estado puro. Los signos de la lenta pero presente occidentalización que los países de Asia Meridional están experimentando, en Old Dhaka desaparecen.
En esta ocasión, con Helen decidimos hacer un paseo en bote por uno de los ríos más importantes de la ciudad: el río Buriganga. La terminal de botes es muy sucia y está llena de gente (típico de Dhaka). Sobre el agua flotan residuos de todo tipo y los olores dejan bien claro el grado de contaminación del agua. Los botes son muy viejos, uno duda si funcionan o si solo son un lugar en donde la gente está.
Por supuesto, habiendo dos extranjeras dando vuelta, las ofertas para el paseo en bote llegaron de inmediato. Después de regatear el precio por un rato tomamos un pequeño bote y navegamos una hora por este río de aguas oscuras. Pelear el precio es una práctica diaria del pueblo bengalí. Y fundamental para un “shada” (blanco en bengalí), así es como se identifica al extranjero del tipo europeo, porque los precios ofrecidos a los extranjeros se pueden rebajar al menos a la mitad.
El paseo en bote estuvo muy lindo. Recorrimos parte del río junto a un guía y el hombre que remaba. En el camino, nos cruzamos con otros botecitos y desde el otro lado nos preguntaban de donde éramos. El guía nos invitó a conocer su casa y su familia (práctica muy común en Bangladesh) como parte del paseo turístico pero le explicamos que nosotras estábamos viviendo con una familia bengalí y que preferíamos no molestar.
El paseo por el agua me dio mucha paz, quizá el paisaje no es lindo (dentro de la definición estándar de bello) pero todas esas imágenes me resultaron de lo más pintorescas. Se las comparto.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Biman - Bangladesh Airlines
Madre Teresa
En Kalkota tuve la oportunidad de conocer un poco mas sobre la vida de la Madre Teresa. Queda impactada con la historia y el espiritu de esta mujer. Que ejemplo!!!
Madre Teresa vivio en Kolkata gran parte de su vida. La casa se encuentra en Old Kolkata y hoy es la morada de las Missionaires of Charity, las hermanas que continuan la obra de la Madre. Dentro se puede observar el cuarto que ocupo durante tantos anos y los pocos bienes que poseia: una mesa y un banco, una pequena cama, un armario, y lo minimo indispensable para el dia a dia.
Tan poco en lo exterior y un mundo tan rico en lo interior. Quede maravillada y sumamente inspirada por su obra y gran humanidad.
Los restos de la madre aun estan en aquella casa. Su tumba esta llena de vida gracias a las flores coloridas que la adornan. La gente se sienta alrededor de ella en un profundo silencio. En la habitacion se respira admiracion y respeto.
Imagenes de Kolkata
Kolkata
Kolkata, mas conocida como Calcuta (el nombre fue cambiado en el 2001), es una ciudad intensa y atrapante. Ni bien se llega, uno queda sorprendido por el mix que hay entre la cultura hindi y las reminiscencias del imperio britanico. Igualmente, es la esencia hindi la qua predomina.
Se dice que es la metropolis mas pobre de India. Cosa que me sorprendio ya que, en comparacion con Dhaka, es una ciudad bastante desarrollada (repito: en comparacion con Dhaka).
Mas de 14 millones de personas viven en esta ciudad. Hay un movimiento constante pero bastante ordenado (al menos comparado al caos al que estoy acostumbrada). En la ciudad, las dos lenguas oficiales son el hindi y el bengali. La mayoria de la gente habla bengali asi que no tuvimos problemas para comunicarnos. Y a diferencia de Dhaka, la mayoria habla ingles (al menos ingles basico), cosa que vuelve mucho mas facil la vida de los turistas.
Para aprovechar el poco tiempo que teniamos, contratamos a un guia turistico que resulto ser muy bueno. Dasgupta, nos mostro los lugares mas emblematicos de la historia de Kolkata: los mercados, old Kolkata, una zona de slums, templos, iglesias, cafes, etc. Viajamos en subte, colectivo, taxi y tram, y nos sentimos dos locales mas.
Nuestro guia tambien nos conto un poco mas sobre la historia de cada lugar visitado, con un particular orgullo por su ciudad y cultura. Fue un placer recorrer la ciudad y entender un poco mas esta fascinante cultura bengali.
Les comparto algunas imagenes de la vida diaria de Kolkata.
Gorkhaland: una historia de lucha por la libertad
Gorkha es la denominacion usada para la poblacion proveniente de Nepal que habita la zona del West Bengal (noreste de India). Sus rasgos son iguales a los de la gente de Nepal, tambien su idioma.
Nunca antes habia escuchado hablar de este pueblo. Pero su historia me llamo la atencion ya que a medida que subiamos la montana en tren, camino a Darjeeling, comenzamos a ver letreros de colores que decian frases tales como: “We want Gorkhaland” (queremos la tierra de Gorkha), “Gorkhaland free” o “Gorkhaland is the only solution for identity issue” (Gorkhaland es la unica solucion para nuestra identidad).
Resulta que desde hace varios anos, esta tierra demanda su independencia como estado ya que sus raices no son bengalies. De hecho, la independencia tambien significaria una mejora de su situacion economica.
El lider del partido que lucha por la independencia, llamo a una protesta no violenta, que consiste en el no pago de impuestos al gobierno. Hoy en dia, la region cada vez tiene mas apoyo de algunos partidos para independizarse de la region bengali y formar, dentro de India, una nueva region: Gorkhaland.
Despues de ver este lugar y su gente, yo tambien quiero una Gorkhaland libre!
En las fotos pueden ver los colores de su bandera: verde, blanco y amarillo.
martes, 1 de diciembre de 2009
The toy train
El Darjeeling Himalayan Railway es el pequeno tren que te lleva desde NJP a Darjeeling. Es un viaje de 8 horas entre montanas (en jeap o bus se puede hacer en 3 horas!). El paisaje es muy lindo e interesante.
Al comienzo del recorrido, el tren cruza algunos slums (ideal para no olvidar la ralidad que nos rodea) y uno puede ver como los pueblitos y su vida diaria se entrecruzan con las vias del tren. Luego comienza el verde y el paisaje de montana.
Se le llama "tren de juguete" porque es muy pequeno (tiene solo 3 vagones y la locomotora) y marcha muy despacio. El tren opera desde 1881 y desde sus comienzos fue una importante via de comunicacion y transporte de la zona. La segunda clase no es tan comoda, los asientos son rectos y rigidos, incomodos para un viaje tan largo. Igualmente, uno se olvida de la incomodidad al concentrarse en el paisaje. Para alguien que viene de Dhaka, ver tanto verde y respirar aire puro se vuelve tranquilizador y relajante. La vegetacion es muy variada...hasta vimos algun que otro mono.
Fue muy interesante observar como la fisionomia de la gente local fue cambiando a medida que el tren subia la montana. Comenzamos a ver gente con rasgos mas orientales (de China o Nepal) y el estilo de las casas tambien cambio. Me encanto disfrutar de las casitas en medio de la montana, pequenas y coloridas, con decorados detalles y siempre florecientes con canteros llenos de flores.
Fue un viaje largo pero placentero. En medio de tanta naturaleza logre relajar la mente (no poca cosa!).
Darjeeling Mail Train
Para llegar a Darjeeling desde Kolkata tomamos dos trenes. El primero, Darjeeling mail train, es un tren con cuchetas para dormir que recorre en 10 horas la distancia entre Kolkata y NJP (New Jalpaiguri). Viajamos en tercera clase para ver como viajan los locales y para nuestra sorpresa, viajamos muy bien. Cada compartimiento tiene 6 cuchetas y cada vagon tiene banos (que no son tan terribles).
Dormimos bastante bien, con un poco de frio ya que en direccion al norte se vuelve un poco mas fresco, y despertandonos a cada rato con la bocina del tren (dado que pasa entre medio de pueblos y aldeas). Cada tanto aparecian vendedores de comida y de te. Por supuesto tomamos chai por la manana para entrar en calor!
Una vez en NJP, tomamos nuestro segundo y memorable tren, mas conocido como "The Toy Train"...una experiencia unica.
Cha, Naan y ....
Durante los 4 dias en India, me di el lujo de hacer un poco de turismo gastronomico. La comida bengali es muy rica y en el west bengal, el estilo culinario es muy parecido al de Bangladesh (perfecto para no extranar tanto!).
Me la pase tomando Masala Cha, te especiado. Es riquisimo! El aroma te invita a disfrutarlo y el sabor de las especias realza aun mas la experiencia del te.
Naan es un tipo de pan que se come en la zona del bengal. Es riquisimo!!!!! Parecido a la masa de la pizza. En India descubri el Paneer naan, naan relleno con queso! Es un sabor simple pero delicioso. Y ni hablar de los dulces!
En India me anime a comer de todo por la calle, cosa que jamas haria en Dhaka (no se aun por que) y resulto muy rico y economico. Les dejo algunas fotos de los platillos.
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