sábado, 26 de septiembre de 2009

Una cruda realidad

Estos últimos días están resultando ser un poco más difíciles de transitar. Si bien me siento más contenida por las personas que conocí y ahora frecuento, la realidad de esta ciudad me golpea cada día más y no hay forma de que pueda digerirla.
Ahora les escribo y siento una profunda angustia adentro mío. No tolero ver tanta injusticia, tanta tristeza y desesperanza. Qué nos pasó? En qué fallamos como sociedad, como especie? Alguien me podría explicar POR QUÉ un chico tiene que estar todo el día en la calle pidiendo dinero o algo de comida? Por qué personas ciegas, mutiladas y deformes se pasean por las calles de uno de los barrios más pudientes de esta ciudad? Y por sobre todo, cómo hacemos para seguir viviendo nuestra vidas sabiendo que todo esto está pasando? Disculpen el tono gris de esta nota pero no puedo evitarlo.
Quisiera compartir una imgagen que me quedó muy grabada en la mente. Ayer por la noche, fuimos a cenar a un restaurante en Gulsham, uno de los barrios más ricos de Dhaka. Estábamos esperando a que cambiara la luz del semáforo (uno de los pocos semáforos en Dhaka que efectivamente se respeta)y un nene que no tendría más de 7 u 8 años se acercó ofreciendo unos globos color rojo. Se quedó junto al CNG (mini taxi en el que estábamos viajando) hasta que arrancó. Todas las presentes lo miramos, solo miramos...
Había algo mejor que podíamos hacer? Probablemente. Pero qué? Es muy probable que este chico pertenezca a una de esas grandes organizaciones que lucra con los mendigos de la calle. Y, personalmente, estoy muy en contra de dar plata a la gente en la calle. Nada constructivo se logra con ello, al contrario, solo se alimenta el asistencialismo y a las grandes mafias que se enriquecen con esta pobre gente.
Nadie se puede sorprender con lo que cuento, lo mismo pasa en Buenos Aires y en la mayoría de las grandes ciudades del mundo.
Me queda un largo camino por delante, y supongo que tendré que, de alguna manera, encontrar más fortaleza para tolerar todas estas tristes realidades que diariamente se presentan.

2 comentarios:

  1. Tu tarea, en el pedacito que le corresponde, ayudará a erradicar esas injusticias. Te quiero mucho. Pa.

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  2. Querida Daniela: has regresado del mundo de la fantasía a la realidad.
    Puedo comprender perfectamente lo que sentís ahora, porque al regresar, se te hace mucho más evidente la iniquidad de la inequidad.
    Hace diez años yo sentí la misma angustia que sentís vos ahora, y me hacía las mismas preguntas, mientras me encerraba en mi cuarto del hotelito en Dhaka para llorar, única forma de poder descargar la angustia por la impotencia ante tanta injusticia.
    Y al igual que vos ahora, tampoco yo pude encontrar respuestas.
    Porque no hay nada que pueda explicar ni justificar tanta miseria.
    Seguramente algo parecido debió sentir Yunus viendo morir a sus compatriotas en las calles. “Y todo esto por un puñado de alimento”. Entonces abandonó la teoría y empezó a caminar. Y hoy vos vas tras sus pasos. No es fácil, pero vale la pena.
    Cariños y besos, NK.

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