Tráfico en la capital de Bangladesh

Si alguna vez se espantaron por el tráfico en Buenos Aires, no es nada comparado con el tráfico de Dhaka. No existen reglas. Nunca había escuchado tantas bocinas a la vez en mi vida...

Las calles están llenas de autos, colectivos, motos de 3 ruedas para llevar pasajeros en una especia de cabina y los famosos Rickshaw. Estos últimos son los taxis bengalíes más comunes (también tienen los taxis amarillos). Los manejan hombres en bicicleta o moto. Las fotos que pueden ver las saqué desde el Rickshaw. El edificio blanco que se ve a lo lejos en la primera foto es el del Grameen Bank.

Hay semáforos pero no cumplen con la función que conocemos. Es increible la adrenalina que se siente arriba de estos pequeños "taxis". Se cruzan por todos lados, frente a autos, colectivos y motos. No paran de tocar bocina. Solo hay que subirse y confiar en las habilidades de los conductores bengalíes. Estos conductores están todo el día en la calle, pedaleando por unos pocos takas.

Es una ciudad muy caótica, a toda hora suenan las bocinas y se escuchan las voces de los hombres del riskshaw. La gente cruza la calle por cualquier lado, hay que pararse con actitud frente al tráfico para que te dejen pasar. Hay muchos mendigos, niños, viejos y adultos lisiados que se acercan al auto para pedir plata. Aconsejan no darles dinero. Me han dicho que hay grandes organizaciones tras estos medigos que lucran con su baja posición social. Les suena familiar?...